¿Por qué el despido de Aristegui?
Por Jorge Abascal Jiménez
Carmen Aristegui da por hecho la presión por parte de la Presidencia de la República sobre su rescisión de contrato en MVS Radio. La presión cometida por el Gobierno Federal hacia la empresa de comunicación, explica Aristegui, es el resultado de otra presión ejercida por los poderes fácticos, a su vez, que buscan mantener sus prácticas oligopólicas en los medios de comunicación del país.
Las opiniones de muchos de los editorialistas más alineados a la corriente oficial, enfatizan la ambigüedad del caso. Expresan que si bien, pudo ser un ataque por parte del gobierno en “son de censura”, la falta de pruebas indica que se trata de una simple rescisión de contrato hacia la periodista por no adaptarse a las políticas o lineamientos éticos de MVS.
En efecto, no es posible asegurar irreductiblemente la intervención de la Presidencia en el despido de Aristegui. Sin embargo, sí lo es analizar los muchos factores que rodean este evento y, de esta manera, darnos cuenta de que el contexto y la situación de lo ocurrido con la periodista en relación a su programa de radio, apunta a que sea muy probable que hayan intervenido intereses políticos en la decisión de la radiodifusora. Es decir, por la necesidad de agradarle a los mandos oficiales por parte de MVS debido a la aproximación del concurso para renovar la concesión al espectro radioeléctrico que la empresa utiliza, es de obviarse que un guiño que agradaría al Gobierno Federal, beneficiando a la cadena (o, incluso, rescatándola de su desaparición), es el eliminar de sus filas a aquellos cuya crítica ha desfavorecido la imagen del presidente, de su gabinete y de su partido.
De la presidencia de la República “surgieron las exigencias para que Aristegui se disculpara por el comentario que hizo el viernes 4 de febrero”, afirmó la periodista (hablando de ella misma) en la rueda de prensa que ofreció el día 9 de febrero. De ser así, sus argumentos sobre la gravedad del asunto serían contundentes, preocupantes y trascendentes a la vida democrática nacional. Ella estipula que el tema que trató en su último noticiario se trata de un “incontrovertible hecho noticioso” pues, el reclamo enérgico de un legislador en el Congreso sobre un tema de interés público y nacional, es de trascendencia periodística, debido a que es un aspecto de la vida del primer mandatario que puede afectar el modo en que toma sus decisiones.
Un chisme, argumenta MVS, es lo que tomó Carmen Aristegui como noticia, violando, presuntamente, el código ético de la empresa. A mi parecer, chisme es lo que diga unilateralmente cualquier particular, de manera aleatoria, sin fundamentos y sin la legitimidad necesaria que lo sustente. En este tema en particular, lo que se expuso fue el reclamo de un representante de uno de los poderes de la unión, aunado a la sospecha que comienza a generalizarse sobre el supuesto alcoholismo de Felipe Calderón. Me parece, al igual que la reportera, que este tema se trata de un hecho noticioso de legítimo interés general.
La lucha histórica por la libertad de expresión en México, ha resultado en la consagración de uno de los bastiones más fuertes para la democracia en el país. El costo de este logro ha sido alto. El despido de la reportera en este canal de radio puede significar un retroceso inadmisible ante el ajetreado avance democrático nacional y puede ser un síntoma de un autoritarismo añejo, propio de “la dictadura perfecta”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario